2 de diciembre

Queriendo callarte, queriendo decirte todo lo que aún no sabía que sentía, te dí aquel primer beso. Sin pensarlo, sin temerlo.

Tan solo duró un instante, un instante eterno, mágico y divino. Un instante en el que de veras fui yo dentro mío. En el que de veras fui yo dentro tuyo.

Me conocías, me habías visto.
Te conocía y siempre habías sido la misma.
¿Cuanto tiempo habré estado ciego sin darme cuenta de tu cariño?
No lo sabré nunca.

Pero ese beso fue obra del destino, ya estaba escrito así: ese día, ese lugar, ese momento preciso.

Y espero no cargarte con una gran responsabilidad al decirte, que jamás en la vida volví ni volveré a ser tan feliz como aquel dia junto a vos. Deseando que el mundo se detuviera porque te dí ese, el primer beso.

El primero de muchos, el primero de todos los besos que por años llevare grabados en mis labios, en mi mente y en mi corazón.

CS.