1 de marzo de 2020

¿Quedarme?

Me estas pidiendo que me quede cerca porque no te imaginas una vida del todo sin mi.
Que al menos esté por el barrio, por si surge alguna cuestion que nos requiera juntos. Por si pasa algo y tenemos que correr para vernos.
Pero me estoy yendo porque en cuatro años no fuimos capaces de ceder un poco para que el otro viva más contento, porque ya no nos aguantamos ni las respiraciones fuertes, ni la música del otro, ni las caras de sueño.
Me estoy yendo porque ya nada nos une como antes, ya nada siquiera me hace querer mirar hacia atrás y sentir nostalgia.
Porque ya nada me hace pensar que este presente tortuoso va a cambiar y volverá a ser lo que fue.
¿Para que querés que me quede cerca? ¿Por que no debería irme lo más lejos tuyo posible, si ya no te aguanto siquiera un momento? ¿Ser "al menos" amigos? ¿Que?
Perdon por ser egoísta, pero ¿de que me serviría tu cercanía si los últimos dos años, me sentí más sola que en toda mi vida? Y bajo un mismo techo.
A mi ya no me da más miedo estar sola, no me da mas miedo decir que ya no te quiero, porque te mereces mi desprecio y no está mal asumirlo. Aceptalo, vos tampoco me queres más a mi, tan solo estás agarrado como a todo porque sos un cagón extremo.
Lo nuestro se acabo hace tiempo, ¿hace cuanto que no cogemos? ¿Vos te acordás? Yo no.
¿Hace cuanto que ni una salida a caminar juntos o en bici o unos besos en la oscuridad de alguna vereda o ir juntos al super y mostrarnos boludeces que no vamos a comprar?
Hace tanto que ya no HACEMOS que ya no SOMOS. 
Soy yo que vengo a la noche cansada y con cara de orto y necesito relajarme, y sos vos que te levantas temprano y no aguantas el mínimo sonido de mi presencia después de las once.
Son rutinas que no encajan, son costumbres que no cambian, son caprichos que no entienden. Los dos somos unos orgullosos del orto que nos miramos todo el tiempo con rencor. Cualquier cosa tuya que no me gusta, dispara un concurso de entretenimientos en mi mente sobre cual va a ser la forma en que vas a tener compensarmelo. Es un ida y vuelta de venganzas mínimas que se suceden.

En fin, me voy bien a la mierda. Me mudo bieeeeen lejos.
Donde nunca jamás esa efímera posibilidad de cruzarme de nuevo con vos, habiendo siete mil millones de habitantes en el mundo, exista. Aunque tenga que empezar de cero completamente y aunque vaya a morirme en soledad por el resto de la eternidad y nunca más nadie me demuestre cariño sincero. Me voy y lo prefiero.
Prefiero cualquier clase de sufrimiento a este que vengo sintiendo. 
No te pienso desear nada malo, pero tampoco nada bueno y si algún día me cruzás por la calle o me ves de lejos o lo que sea, no me llames, no me grites, no me hables, ni nada. Te prometo que si soy yo la que te veo y vos aun no me notaste, voy a irme lo más rápido posible antes de que lo hagas.
Y por nada del mundo, pienso extrañarte un solo instante.

CS.

27 de septiembre de 2019

Adicto


Me vuelvo más y más adicto con el paso de los días. 
Veo como mi cuerpo evidencia señales constantes de necesidad.
Me vuelvo adicto por la abstinencia. 
También en la abundancia asquerosa.
Sumerjo mi cuerpo en la lujuria de las aunsecias.
Apago las conexiones con el mundo real.
Luego vuelvo por momentos a este mundo para sentir de nuevo que quiero más.
Comienza la búsqueda desesperada.
No concibo la idea de vivir sin esas sensaciones.
Ya no lo puedo evitar.
Extraño y quiero a toda costa.
Consigo y desparramo todo en mi interior.
Ha llegado el momento de hacer lugar para que entre de nuevo.
Me inunda, me satisface, me completa.
Cuando no doy más de placer me freno y comienzo a contenerme las ganas.
Seguirlo sintiendo me va a matar.
Tan tremendo como simple de entender.
Tan ajeno y tan personal.
Lo dejo.
Recaigo.
Lo dejo de nuevo.
No puedo parar.
Necesito volver a volar.
Como si no existiera limite alguno, como si mi cuerpo no quisiera parar nunca más.
Como si no hubiera cielo que alcanzar, ni suelo que volver a pisar.
Lo dejo. 
Reincido.
No lo puedo dejar.

A veces tu amor.
A veces tu hastío.
No puedo parar.

CS.

25 de agosto de 2019

Mala sangre


¿Que paso con las veces que me abrazó y me dijo que todo estaria bien? ¿Era todo mentira?
Abrazó mis dolores más crudos y me hizo sentir que podía seguir como si nada hubiera pasado. Luego a la primera oportunidad más próspera y venida del minimísimo esfuerzo, se paró sobre cada uno de esos dolores y los pisoteó aún más. Dejándole a toda la gente que me rodea y me tiene cariño, los pedazos para armar de alguien ya ensamblado y pegado así nomás varias veces.
Le entregué el alma. De verdad que se la di para que la cuide. De verdad confié en sus palabras. En verdad sentí dar todo lo que dí.
Pero siempre hay una lección más por aprender, siempre hay un dolor nuevo que desbloqueará otro nivel de desencanto con el mundo y con la vida. Eso si (y para no perder el hilo de la metáfora) también se habilitan mejores armas para luchar contra estos nuevos demonios.

¿Que pasó con todas las veces que dijo que sería diferente? Que ya habíamos sufrido suficiente por años como para hacernos sentir más dolor. ¡Patrañas!
El egoísmo gana una vez más. 
Tres mensajes de texto diciendo "disculpame si te molestó, todo lo que hice y lo que dije" de absoluto compromiso. Ni una sola reflexión. Ni un solo mea culpa. Ni un solo destello de empatía por el (hasta entonces) amor de su vida.
Nada vale la pena ya, nada compensa la desidia. Ni siquiera hacerse cargo de las malas decisiones y los fracasos compartidos.
Ahora ya no importa más. Me volveré a valer por mi mismo.

"band-aids don't fix bullet holes".
Bad Blood - Taylor Swift.

CS.