11 de enero de 2014

Rocío y tormenta

Avasallador como él, pocos. También lindo, lo suficientemente inteligente y acaparador de sensaciones. Abarcativo, demostrativo, intenso y poderoso. 
Una tormenta de besos y dedos y movimientos. Abundante de fantasías y propuestas. Divertido en el momento oportuno, aunque también un poco desestabilizante. 
Rápido, preciso, directo. Copioso y constante, aunque con pretensiones de chubasco: siempre pasajero y hasta intermitente. 
Todo lo que la sequía de sentimientos y experiencias en tu cuerpo podría desear. E incluso necesitar. 

Vos miralo nomás, miralo que perfecto. Joven pero nada estúpido. Vivido lo justo y necesario como para resplandecer con la mezcla adecuada de inocencia y experiencia. Absolutamente refrescante, buenísimo para reverdecer un rato y tomarse con él, una primaverita hasta abril... 
Si, hasta abril. Mayo como mucho, junio exagerando. Porque ya habíamos concordado con que era una tormenta ¿No? 

Ahora si no es lo que estas buscando, te recomiendo que mires, no sé, en esos que siempre están aunque no se noten demasiado. En un amigo a tu lado, ese que no deja nunca de humedecerte y que, aunque imperceptible, te acompaña en cada estación del año para no dejar nunca que te marchites. Constante y persistente. Siempre, siempre, siempre presente. 
Un rocío protector y a veces, por de más impaciente... 

No se, yo solo te digo, vos sos el que elige. 
Rocío o tormenta, tormenta o rocío. Distintos si, muy distintos... Pero los dos humedad al fin. 

2 comentarios :

  1. Intensa y excelente comparación. Me gustan los paralelismos, como sabrás. Y creo que este fue originamente perfecto.

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    1. Gracias por tus palabras y por disfrutar de esta entrada.
      (Si, me dieron ganas de responder los comentarios).
      Beso.

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