- No me vas a vencer aunque te esfuerces. No vas a logras que vuelva a llorar por ti, ya he vencido todas tus armas, ya he atravesado tus obstáculos. ¿Cuando te asumirás incompetente?
- Nunca. Menos si confundes mi propósito. Tu piensas que mi furia se desata por tu infelicidad y eso no es correcto. Mi guerra no tiene como fin acabarte sino impulsarte a ser feliz. Y tu me has vencido. ¿Tu crees que eso es a tu favor?
- Pues si, vencerte para mi es la meta más valiosa. Significa que ya no sufriré tus golpes, ni caeré en tus trampas. Soy libre de hacer lo que quiera sin pensar que me estaras rondando.
- Te vuelves a confundir.
- ¿Por qué?
- Ya ni tu propia sombra te hará caso, ya ni tu propio amor hacia ti mismo será sincero, ya ni las cosas que más te gustan te darán placer, ya ni en los sueños mas prosperos verás cumplidos tus ideales. Tu eres escoria a partir de ahora, tu eres basura verde que nadie querra tocar jamás.
- No te pienso seguir escuchando.
- Vete si quieres, pero antes ten en claro una ultima cosa. Nunca jamás serás feliz, ni aunque te lo propongas.
- No me importa, no me hacen más daño tus amenazas.
- Eres la peor de mis causas perdidas. Que lástima te tengo. Si quieres un consejo de alguien tan viejo como sabio. Vé y suicídate. En la gloria de la luz eterna, encontrarás el amor que necesita tu alma para volver a brillar.
- Jajajaja, no me hagas reir más de lo que ya lo has hecho. No te daré ese gusto, a nadie en el mundo se lo daré. Voy a vencer en mi plan y voy a morir en mi ley. Aunque lo entiendas o no. Voy a seguir.
- Pues entonces, no hay más nada que hablar. Adiós, te dejo solo, para que pienses en lo que acabas de aseverar.
- ¡Adiós! ¡Adios! Al fin. Adiós. - Edward rompe en llanto. - Al fin.
“Cuando ya ni la soledad quede, serás un alma vacía. Vacía de dolor, vacía de culpas, vacía de temor, vacía de metas. No tendrás a nadie, ni a nadie deberás. Ya serás invencible para emprender la nueva guerra, que es… Volver a empezar”.
La soledad dice: A triunfar!
CS.
