12 de enero de 2011

Ángel guardián

La mañana de este sabado amaneció cubierta de nubes, que lloraban sobre los tejados la menos deseada de las noticias. Mañana gris en la que detrás de esas nubes, se aprontaban los ángeles para la bienvenida.

Conforme fue pasando el día, los que quedamos, nos abrazamos para despedirla y para desear con el corazón su paz merecida. Para enteder, en lo posible, lo inexplicable de su partida.

Fuimos dejando en las charlas: recuerdos, enseñanzas, y experiencias vividas. Y nos fuimos olvidando del enojo, del dolor y de la mismísima despedida.

Fuimos entendiendo de a poco, que la ausencia, ausencia no sería. Puesto que descubrimos que nuestro corazón siempre la mantendría viva.

Y seguramente al salir el sol, ella ya estaría viajando, rumbo a un cielo lleno de amores que la estaban esperando: su marido, su familia, sus amigos, ya la estarían coronando… Como un ser de luz infinita que se ganó sus alas AMANDO.

Y es inevitable que muchos corazones, hoy nos quedemos llorando.

Aunque nos consolamos al mirarnos. Y agradecer por este nuevo ángel en el cielo, que ya nos está cuidando.

Gracias Abuela Fina, por tanto amor, por tantos años.
CS.