No hay inspiración mejor que el dibujo perfecto que hacen tus labios cuando sonríes. Nada me eleva más al cielo que ver tus ojos cuando te sorprendes o te asustas. Imagen perfecta la de tu flequillo mojado tapándote media cara cuando sales de bañarte.
Tan solo imágenes. Imágenes que fuí grabando en mi mente a lo largo de toda la vida, para soñarlas como mías. Cada guiño tuyo, cada gesto lo he guardado para mí. Cada amor que has dejado, ha sido solo la mitad de todo el amor que te daré.
Te daré todos los halagos que quieras, enumeraré cada una de tus virtudes. Pero aún no te haré saber que ya estoy enamorado de todo lo que representas. Haré como si nada pasara cuando me preguntes “¿Que tanto me miras?”.
Silenciaré que paraíso alguno si existiera, no se compararía con la belleza de tu cuerpo desnudo. Y menos se compararía con la belleza de tu cuerpo desnudo, abrazándome.
Veré como ir diciéndote de a poco todas estas cosas sin apabullarte. Veré como reaccionas y decidiré si después de decirtelo esbozo una gran carcajada.
Oíre cada cosa que digas y aquietaré mi ilusión más exagerada, hasta ver si suspiras. Y ver si ese suspiro termina como esos suspiros que sueles dar cada vez que te llegan al corazón.
Paraíso alguno si existiera como el latir de tu pecho retumbando directo a mi oreja. Paraíso que pronto dejaré de soñar, para aventurarme a disfrutar.
Suspira, amor de mi vida. Solo suspira.
CS.
