30 de abril de 2011

Épico

Aún sigo sin entender por qué el mundo quiere hacerme pasar por loco.

Si mi vida entera es una incansable cuenta de intentos por pasar inadvertido, sin pena ni gloria, en todo lo que me propongo.

Hago siempre lo que debo cuando debo, pero aún así, siempre quedo debiendo sutilezas a alguien. Siempre callo cuando debo callar, pero no dejo de ser el comentarista inapropiado de las reuniones sociales.

Quiero y trato todo el tiempo de mirar sin ver a mi alrededor, para no sentir esa indiferencia sombría que hay en los ojos de la gente; y guardar la más optimista de mis miradas, solo para los que quiero ver con profundidad.

Soy normal y soy un freak. Soy la perfecta ecuación de reconocimiento e impopularidad devastadora. Una contradicción viviente, orgullosa de vivir confundiendo y haciéndose entender.

Soy un ángel que peca de mal hablado. Soy un publicista inadaptado. Soy la histeria misma hecha persona. Soy amigo de las malas influencias que tienen un gran corazón. Soy rebelde y temeroso. Soy tímido y desvergonzado, un idiota y un intelectual.

Como dijo Avril Lavigne:
“Soy así. Soy lo que quiero ser. Soy la mejor maldita cosa que tus ojos han podido ver”.
CS.

Pd: No me crean.