2 de mayo de 2011

Verano

Ambos estaban alli sentados, mirándose. Por momentos sonreian, por momentos ni pensaban. Ella le había confesado su amor hacia ya un tiempo, el hacía solo dos días.

El lunes ya serían novios, pero ese viernes aún no sabían.

En su mirada ella expresaba una inmensa ansiedad contenida, el solo tenía miedo. Ambos querían besarse y que ese beso durase para siempre.

Ya habían dejado de ser amigos, ya no eran hermanos de la vida, se amaban cual si fueran grandes y eran solo niños sintiendo cosquillas. Tenían 13 años, pero soñaban con casarse y compartir todo juntos. Soñaban, sentían, pero por vergüenza no lo decían.

Se recostaron en la arena mirando las ruinas que quedaban de aquel viejo bar frente a la playa. Luego ella lo miró y le dijo: “¿Queres darme un beso?”.

Y el no quiso ni pensarlo.
La besó sin saber como se hacía, apresurado y temeroso. Pero encantado de estarla besando...

Los latidos de sus corazones eran unísonos, nada mas en el mundo importaba ni existía. El calor tenue del sol cayendo acariciaba sus caras y el viento a su alrededor se tornaba perfumado.

Cuando dejaron de besarse, se abrazaron y luego suspiraron.
¡Se habían animado, se habían correspondido!
Todos los miedos, todas las dudas ya no servían.

Se amaban como se aman los novatos: sin importar si después funcionaría.

CS.

Hoy, él es padre de un hermoso niño y ella, su mejor amiga.