4 de noviembre de 2011

Un pensamiento para Lucía

Aquí recostados los dos sobre este césped, que es parte de este campo, que es parte de este horizonte, que quizás esté viendo alguien desde su ventana en la ciudad. Aquí recostados los dos, somos los dos, somos la nada y la totalidad.

Soy yo buscando la manera de pedirte me permitas un pensamiento que vengo trabajando hace días. Soy yo venciendo esa vergüenza que me genera decirte aquello tan romántico que siempre quieres oír de mí y nunca me sale... Pero debes guardar silencio Lucía:

- Estos momentos que compartimos los dos en solitaria compañia, estos anocheceres que estamos viendo, estas palabras que me provocaste pensar, estos besos que me estoy aguantando darte y estos nervios que me hacen tartamudear, solo quieren decirte algo: "Eres mi mundo Lucía".
  No hay nadie en mi mundo ahora, tan solo estoy contigo y eres en él, lo que más quiero y por lo que más vivo. Eres todo aquello tangible y sensorial que hay en lo que puedo reconocer como infinito.
  Eres todo lo que mis ojos alcanzan a ver, eres todo lo que mis manos quieren tocar, eres todo lo que mis oídos oyen y tienes el único perfume que quiero sentir.
  Eres todo lo real y lo ficticio en cada diámetro y dimensión a la que le remito mi atención. Eres todo lo que quiero y si por mi fuera no volvería al mundo que todos viven como real y yo siento tan ajeno.
  Si Lucía, estuve pensando como decírtelo y así como lo pensé te lo digo.
  Te amo y eres todo lo que necesito...

Aquí recostados los dos sobre este césped que es parte de este campo, que es parte de este horizonte, que es parte de la historia que quizás alguna vez contaremos a nuestros hijos, espero a que me digas que a ti también te pasa y que esperabas que eso que te dijera fuera esto mismo.

CS.

2 comentarios :

  1. Intento por un instante imaginarme a Lucía, y es una redundancia, pero me la imagino como un haz de luz... blanca, radiante, pura, simple... pero que ilumina!
    Linda historia para leer un domingo como hoy, donde lo sensorial e infinito juega a la vez con lo tangible.
    Me recuerda a todo aquello a lo que nos resignamos porque creemos que es inalcanzable para nosotros... quién no jugó con llegar a tocar el aire o un haz de luz más allá de no confiar en que pudiéramos hacerlo... Pero una vez que sentimos eso bien dentro nuestro, no hay imposibles, todo se vuelve cercano y nos es difícil volver al mundo real...

    DV.

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  2. Hermoso relato y muy buen comentario.
    Cristian, sos muy talentoso.
    Abrazo!

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