Ya no quiero perder más el tiempo

Después de meses y meses de cargarme con pensamientos de culpa y hasta soñar incluso con lo que pasaría si tomara tal o cual decisión con mi vida, llegué a una conclusión:

Mis decisiones pueden influir en la vida y en las decisiones de otros, pero nunca jamás arruinarlas. Podrán enojarse, entristecerse, gritar de rabia, pero si de verdad quieren mi felicidad me apoyarán. O al menos, no se interpondrán.

Tomé tantas decisiones a lo largo de este año que ya casi ni recuerdo cuantas veces escribí palabras como estas o si quizás, estoy repitiendo las mismas.

Quiero enfocarme, quiero cumplir todas las metas nuevas que están apareciendo pero cumpliendo primero las que me propuse hace ya un tiempo. Estoy lleno de optimismo a pesar de que las circunstancias no sean siempre las mejores. Estoy como en una nube.

Estoy teniendo la actitud que debe tener alguien de mi edad. Estoy teniendo sueños otra vez. Y creo también (y espero no tirar toda mi dignidad en esta oración) me estoy enamorando.

Y creo que ahí, encontrarán toda razón concluyente para lo que venían leyendo en los párrafos anteriores: me estoy enamorando y estoy anhelando ser correspondido. O estoy intentando al menos, de a poco, generar lo mismo.

Estoy pendiente, manteniéndome lejos de cualquier sentimiento de ansiedad. Estoy paciente, estoy luchando, también sonriente.

Si sos amigo, deseame suerte.

CS.

"Ahora es el mejor momento para otra oportunidad.

Ya me rompí en mil pedazos intentando despegar.

Ya no quiero perder más el tiempo, 

no me quejo de lo que perdí.

Ya no estoy confundido, ni siento". 

Una canción que estoy cantando desde ayer.