El camino

Y que si me corre el tiempo y no me dan las piernas, si me quedan esos ratitos de los domingos en silencio, a la hora de la siesta.

Esos en los que tu mano sobre mi cara, acariciándome a sabiendas, me dá toda la energía que necesito para seguir el camino, soñando despierto.

Ese que parece largo y extenuante y que se achica y se hace ameno cuando tus dedos me lo cuentan.

Que se llena de paisajes y de animales en libertad. De sol, de agua cristalina, de una suave brisa estival. De paz interior, de tus besos intermitentes. De tu inmensidad.

Ese camino de tus caricias que se vuelve un viaje de sensaciones, que no quiero terminar.

"El combustible para dar el salto, para mantener la calma, para encender los motores.

Lo consigo de ti." - Marit Larsen.