11 de marzo de 2013

Lolita

No sé si se llamaba Leonardo, León, Leandro, Leonel o Leopoldo, pero todos lo llamaban Leo y le sonreían ampliamente cada vez que le hablaban como si lo conocieran de toda la vida. Incluso mi amiga con la que había salido, osó comentarme dos o tres veces, historias que lo tenían como protagonista.
Definitivamente, una de esas personas que siempre me espantaron desde el entorno que me los presenta y luego con esa primer mirada que dice "¿De donde te conozco?", como si ya hubieran conocido al mundo entero...

Pero no sé que pasó. Por algún mensaje subliminal en la música, alguna esfervescencia de más en la bebida, alguna hormona inexplorada de mi nueva edad, ahora estaba en su departamento besándole el cuello mientras le desabrochaba el cinturón. Buscando apresuradamente en los pelos de su nuca y de su pubis, esa cosquilla entre los dedos que no sentía hacía ya tiempo, con los sentimientos y la inhibición adormecidos por el alcohol y la libido sentada en una nube contando sus abdominales y repasando con caricias la perfección de su bronceado artificial.
De repente guíandolo enardecidamente al placer. Llevándolo a la cama y empujándolo severamente, dejándolo indefenso y desnudo en una posición en la que solo yo podía disponer qué hacer.
Metiéndome en su cuerpo como nadie lo hizo alguna vez.

Extasiándolo con una habilidad que ni yo sabía que tenía hasta ese entonces, en ese estado en el que estaba, en esas condiciones que me rodeaban.
Desatado de todo prejuicio que me hiciera arrepentir de cualquier movimiento. Despojado de estrategias que me indicaran lo correcto. Libre de pudores y vergüenzas que me ataran a la monotonía de siempre.
Simplificando los factores, reduciendo el mundo solo a él y a mi. Dejando en el olvido como había llegado allí y no pensando en lo que pasara después.
Creyéndomela por una vez. Dejándome estar en la cima del mundo, después de tantos abismos.

Haciendo que su cuerpo se pierda en donde el mío se encontraba a si mismo.

CS.

4 comentarios :

  1. Si no veía la etiqueta ficción, juraría que está basada en una historia real. Tan real como recurrente.

    Saludos.

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  2. Me encantó la manera en que coqueteaste con la literatura erótica sin perder tu estilo romántico.
    De los mejores relatos que te he leído, mil puntos.
    Saludos.
    Andy.

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  3. La leí como si fuera real... Será que tu forma de escribir hace que lo pareciera. Me encantó!

    DV.

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  4. ¡Qué buena lectura!! y en consecuencia, qué buen relato, qué estupenda tu forma de dibujar en la mente del que lee todo un mundo de sensaciones palpables...invita a volver..un saludo

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