26 de noviembre de 2010

Roncar

Tanto tiempo llevamos juntos en esta vida que ya ni recuerdo desde cuando te conozco. Sé que fue antes de que siquiera yo empezara a tener memoria.

Vos sos la persona que a lo largo de estos años me ha dado con su mano de comer y con su pecho abrigo y amor. Y es por eso que hoy, al verte enferma, siento que es mi turno de devolver el favor.

Cada tanto me acerco a tu cuerpo y corto el ritmo de mi respiracion y en la quietud del silencio que genero, controlo si aún respirás. Reviso si tu calma es tan solo un sueño profundo.

¡Si, ya lo se! Doy por sabidas todas las burlas que me harías si me encontraras haciéndolo. Pero no puedo evitarlo, es una manera de decir con el cuerpo que no quiero perderte...

Y en estas horas interminables que llevamos de silencio, el uno junto al otro, he descubierto varias cosas que no sabía:

Aprendi que el tiempo se hace más corto cuando no lo pensás, también que dormir sentado no duele tanto si no renegás.
Que la música que escuche siempre es muy aburrida, que leer un libro entero no es una pesadilla.
Que a la larga, las inyecciones ya no asustan, que el dinero de la nada se esfuma.
Que oirte roncar cuando quiero llorar me hace muy feliz.
Que cuando no tenga con quien hablar, te puedo escribir…

Y es por eso que hoy quería dejar escrito, para que cuando despiertes vos leas: que no hay en el mundo para mi prioridad más primera que hacerte sentir cuanto te amo, cuanto te agradezco y cuanto te extrañaría si es que te fueras.

Aunque la verdad es que ni siquiera puedo imaginar, que sea por tu partida que se acabe la espera.
Despierta Mamá. Despierta.
CS.