7 de junio de 2012

Viajes

La última vez que esperé en una estación de tren estaba con vos. La última vez que viaje en tren, estábamos juntos.
Siempre me gustó viajar en tren, será porque fue y aún sigue siendo algo que la rutina nunca me demandó hacer a diario...

Comienzo mi viaje no queriéndome sentar. No queriendo hacer más evidente la invitación a tu recuerdo teniendo un espacio vacío a mi lado, en realidad.
Recuerdo como aquellos asientos metálicos y azules de entonces, supieron ser testigos de las miradas que nos unían, de las sonrisas que nos regalábamos mutuamente.

El paisaje tras la ventanilla era más colorido, quizás porque fuera verano, quizás porque esta vez viajo solo.

El parque Domínico que supo verse radiante de verde y repleto de gente aquel febrero de 2010, ahora es un compendio de marrones y grises.
Los viaductos de Sarandí que parecían más altos, ahora ya no me lo parecen tanto (y es que eras vos, allá hace años, el que me hacía sentir un poco más cerca del cielo).
Las canchas de Arsenal, luego Racing y apenas más delante la de Independiente, no relucían tanto abandono en sus fachadas a la distancia. 
Todas y cada una de las casas que habían estado entonces estaban iguales, algunas desmejoradas, otras renovadas. También levantáronse casa donde antes no había nada.
Las ganas de llegar pronto, no eran como en este viaje, tan intensas.

La estación de Avellaneda, siempre provocadora de esa sensación de, "lugar más horrible del mundo" y "estoy en mi hogar", tan contradictoria.

...Bajo las escaleras del andén número dos, esas escaleras que con los años me marean un poco más, agarrado del barandal como las viejas. Pensando que hubiera sido algo que te habría hecho reir.

Salgo de la estación y enciendo un cigarrillo. La avenida está igual de ruidosa.
El puente por el que llegue a la estación me recuerda que fuiste vos quien me enseñó a pedir un deseo cuando pasara debajo y el tren estuviera cruzando. 
Me queda un colectivo por tomar, pero como eso sí lo hago casi a diario no tiene el mismo efecto nostálgico.

Además va siendo tiempo de soltar.

Vamos, acompañame hasta la parada del colectivo, que cuando me suba a él, voy a tener todo un viaje hasta la esquina de casa para volverte a olvidar.

CS.
“Donde quiera que hayas ido, yo estoy contigo. Porque parte de ti, nunca se ha ido”.

2 comentarios :

  1. Viaje es el que me hiciste hacer, en mi mente. Pude imaginar cada detalle a la perfección. Incluso sentí ese tono nostálgico. Excelente.

    ResponderEliminar
  2. Admirable la forma de describir cada tramo de tu viaje. Siempre pensé que no es el viaje, sino con quien lo hacemos. Posiblemente emprendamos un trayecto solos y nos perdamos y nos sintamos bien, pero seguramente es un viaje por el motivo que nos llevó a hacerlo. Está bueno desaparecer cada tanto, más no sea un recorrido por nuestra memoria, para que la vida nos sea más placentera.
    Abrazo!

    DV.

    ResponderEliminar