18 de agosto de 2014

Escuchar(te)

Me nutrí solo tanto tiempo con tanta música, que hasta creo que podría decir que las canciones engordan y no los años. Buena, mala, regular, pasajera, de toda la que había para escuchar y guardarme, me guardé. Creo que fue un mecanismo de defensa también, para ocupar el espacio que ahora me está latiendo dentro y necesita una depuración.

-Me dijiste que no te pidiera que cambies lo que sonaba de fondo y que te besara. Que no me importara tanto el alrededor. Que me enfocara en lo que estábamos creando y que me dejara de joder con desviar la atención.-
Pero no puedo.
Fue tanto tiempo de amor con la música y de idealización con las canciones y los momentos, que no lo puedo evitar.

Los más idiotas, me supieron señalar que lo mío era prejuzgar a las personas por lo que escuchaban y lo cierto es que no era mi culpa, sino la suya por no saberme generar nada.

Pero tu voz me conquista y pone en mute al mundo. Tu mirada acompaña la situación y agarra a mis miedos de la mano para que no se asusten.
Incluso cuando apoyás tus labios en los míos, el tiempo también parece frenarse para ayudarte a que el momento sea perfecto. Y ahí, quieto en esta dimensión (nuevamente desconocida) del silencio, buscás que nada me duela pidiendo que no haga otra cosa que callarme...
Y hace tanto que eso no me pasaba que hasta me agarra vulnerable.

Es permisible que el silencio me abrume y que me parezca un invasor infame, vos no hagas tanto alarde ni te espantes.
Que yo no soy ni un novato ni un cobarde.
Tan sólo soy un pobre aturdido volviendo a ser el que era antes.

CS.

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