15 de noviembre de 2013

Nunca tan lejos como en mi cuerpo

No veía la hora de quedarme solo con el celular. Lejos de mis amigos que estaban atentos a que ninguna sustancia me hiciera hablarte de nuevo.

...Me puse a escuchar un disco online y no lo terminé, a ver álbumes viejos en Facebook hasta que me aburrí, fui dos veces al baño porque tome mucho alcohol y no retengo y mire el techo todo el tiempo que pude mirarlo sin marearme...

Y acá estoy. Haciendo padecer a la almohada por enésima vez con esta historia. Cayendo nuevamente en mi propia trampa, volcándome a lo mismo, haciendo que vuelva a cerrar el círculo vicioso de mis vicios que siempre te involucra sin mi permiso.

Te tengo en la mente hace tres horas nadando en medio de todos los colores que me fume y de las ideas que se metieron de prepo a surfear ahí. 
Cierro los ojos y te veo. 
Respiro profundo y te siento. 
Grito tu nombre para adentro. 
Estiro mis manos y te tengo en el cuerpo. En mi cuerpo al alcance de mi propio cuerpo.

Por eso voy a llamarte. Por eso voy a dejarte un mensaje cuando tu orgullo no me conteste y por eso voy a decirte que me arrepiento de hacer siempre este llamado pero no sin antes, dejarte claro cuanto me gusta seguir haciéndolo.

CS.

1 comentario :

  1. El vicio es un círculo, no se sabe dónde empieza, ni dónde termina. Y esos círculos nos mantienen siempre en el mismo lugar.

    Linda representación poética sobre el vicio. El vicio de amar.

    Saludos.

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